Sesiones de Juego: Se acerca nochebuena (TTA inside)

¡Por fin! ¡Por fin Through the Ages en mesa! Ainsss... Pero empecemos por el principio, de nuevo nos reunimos Mesadictos el Sábado para echarnos unas partidas refugiados del frío y la noche.

¿Que le habéis pedido a Papa Noel?

Llegados todos al local, a saber: Luky, Alejandro, Harry, Regui y Yo Empezamos jugando un par de partidas cortas a Samurai Sword, un Bang con temática Japo y con algunas mecánicas nuevas que lo hacen, a mi parecer, algo más entretenido pero algo más largo también, las dos partidas las ganó Reguillo jugando con el Ronin y engañando hasta al apuntador. Después sacamos a mesa Dungeon Raiders y echamos una partida mientras esperabamos a Juan Carlos.

Samurai Sword, el descubrimiento del día. (Imagen de La Ira de Crom)

Cenados y con la incorporación de Manu jugamos los 7 un 7 Wonders ese gran juego que se esta convirtiendo en tradición. Esta vez, a falta de la sección femenina que últimamente ganaba todas, me alcé con la victoria a un punto de Luky y Alejandro.

Después del calentamiento sacamos la artillería pesada, montamos dos mesas y en una de ellas, Regui, Juan Carlos y Yo, nos medimos las caras en el maravilloso Through the Ages ese gran juego del que mi ritmo de partidas se ha reducido de manera drástica y del que disfruto cómo un enano. Ganó Juan Carlos después de hacerse literaturas como un campeón y de terminarse la maravilla de la comida basura, yo quedé segundo y Reguillo último después de perder a James Cook y de enseñar a su civilización a comer piedras, (¿Comes piedras? ¿no? PUES TE JODES) pero fue una partida ajustada hasta el final y que yo, personalmente, disfruté como un enano.

Mis últimos momentos de gloria

En la otra mesa mientras tanto, se jugaron 2 partidas de Smallworld en la que Harry ganó su primera partida (lo que ya empezamos a conocer como el síndrome del novato) y Luky la segunda. Dos partidas con intermedio y que aun así duraron menos que nuestra épica batalla en TTA (Es lo que tienen los juegos largos)

Explicaciones previas a lo que sería la batalla por la Tierra Pequeña.

Después de este satisfactorio día, dimos por concluida la sesión y nos fuimos cada mochuelo a su olivo, y como siempre, ¡un placer!