Hay días en los que uno brujulea por internet y sale algún jueguecillo de mesa de saldo, que sorprende por su precio, y uno dice ¿porqué no? Y saca la tarjeta. La mayoría son juegos reguleros, o directamente malos, que han tenido tiradas muy grandes y que no merecen la pena por muy baratos que sean. Sin embargo, hay veces que uno encuentra juegos bastante decentes (Barony, te miro a ti) y que uno no sabe muy bien como han acabado a semejante precio.
Hoy me apetecía disertar sobre
uno de esos juegos: Caylus 1303. Vaya por delante que conozco el original, he
tenido la oportunidad de jugarlo varias veces y me parece un diseño muy redondo
y sólido, un juego al que rara vez rechazaría una partida. Teniendo en cuenta
lo difícil que es encontrar un Caylus a buen precio, cuando encontré este juego
por 15€, intuí que habían alejado este producto del diseño original, lo que
habría originado cierto descontento y que este juego acabase en las estanterías
de las tiendas. No obstante, tras buscar un poco más de información y leer un
par de reseñas, me dio la sensación de lo que, posteriormente, se confirmó: sin
duda lo peor de Caylus 1303, es su nombre.
Después de pegar el tarjetazo, el
juego estuvo reposando en mi ludoteca varios meses hasta que hace poco pudimos
encadenar un par de partidas relativamente seguidas que, por lo menos, dan para
dar una opinión de este juego.